La importancia de estar alineados desde los Valores

Mucho se habla de la importancia de los Valores. Tenemos que “tener” valores, estar con personas que compartan nuestros valores, criar hijos con valores, tener empresas con valores, vivir los valores, formar en valores… y así suma y sigue.

 Si vamos al diccionario se nos dice que son “ideales de conducta bajo los cuales las personas basan sus actos”. Ideales de conducta que están basados en paradigmas y así -quizás- podrían ser entendidos de formas diferentes según nuestros mapas mentales. Y así pasa. Y así se generan grandes problemas a todo nivel.

El 2016 fue un año de cambios para mí. Cambios en todos los sentidos habidos y por haber: profesional, personal y familiar. Y en cada uno de esos cambios el tema de los valores jugó un rol fundamental. No por falta de valores, sino por desalineación en ellos. Y eso fue algo que nunca vi venir, porque no creí que fuese posible.

¡Inocente yo!

Para mi hay algunos valores fundamentales en cualquier relación: Honestidad, Lealtad, Transparencia y Respeto. Y así: todos con mayúscula. Todos son igual de importantes y van en sumatoria, no sirve el practicar uno sin practicar el otro. Y eso es algo de lo que me di cuenta después de un par de ladrillazos que recibí de personas que consideraba cercanas. Y ahora me doy cuenta de que no son ellas las culpables. Tengo que hacerme cargo de que quizás no expresé de forma explícita la importancia de estos 4 valores puestos a jugar de forma simultánea, y de que dejé pasar algunas situaciones en que alguno de ellos fue pasado por alto… hasta que después se tornó más complejo.

En dos ocasiones este año personas en las que confiaba pasaron a llevar valores importantes. En un primer caso (casi a principio de año) la honestidad y transparencia, lo que me dejó devastada. Sin embargo, me debo hacer cargo de que lo vi venir, y no hice nada.

La segunda vez pasaron a llevar la Lealtad… Y en este caso fue complejo porque ambos sentíamos que estábamos jugando desde los valores. Esta persona me indicó “Estoy siendo honesto (a) contigo”. Pero el valor que yo esperaba antes que ese, era el de la Lealtad. ¿De qué me servía que honestamente me estuviese diciendo que no había sido leal?

Vivimos constantemente relacionándonos en diferentes niveles, pero siempre desde nuestros valores; y esperamos que el resto lo haga de la misma manera (y desde los mismos valores). Asumimos que por el hecho de que un valor “X” sea importante para nosotros, lo será para el resto. “Es algo intrínseco”, decía yo. Pero no lo es. Y eso no es ni bueno ni malo. Simplemente es.

Por ello, el ejercicio que debemos hacer siempre es expresar claramente cuáles son los valores bajo los cuales funcionamos y bajo los cuales queremos basar nuestras relaciones (laborales, familiares, personales o las que sean), cuál es la importancia que cada uno de estos reviste para nosotros, cuál es el orden en los que los esperamos o si bien todos son igual de importantes y buscamos que jueguen de forma paralela (como en el caso de los valores que yo practico y espero). Ya que una vez que un valor es pasado a llevar, es la confianza la que se resquebraja y, como sabemos, ésta es muy difícil de volver a establecer.

A nivel Organizacional el escoger los valores que guiarán el actuar de la misma es algo potente. Es parte importante de la definición de la Cultura. Es la declaración de quiénes somos como Organización y cómo pretendemos (o aspiramos a) funcionar a nivel de relaciones humanas: lo más importante de todo para lograr un funcionamiento armónico, de bienestar, efectivo y eficiente.

Y como indica David Fishman al hablar de Inteligencia Cultural, “lo importante no son los valores establecidos, sino los valores vividos y practicados en el día a día”. No sirve de nada tener declaraciones hermosas enmarcadas en colores en las paredes, si éstas no se viven y respiran en el día a día.

Si no tienen claro cuáles son los valores practicados y vividos en su empresa o institución, pregúntenle a sus equipos. Es un ejercicio realmente enriquecedor y, a la vez, esclarecedor. Permite saber qué es lo que estamos transmitiendo como Organización, dónde se encuentran nuestros equipos, qué es lo realmente importante, qué los mueve y motiva, cómo podemos crear una cultura que se alinee con lo que somos.

Entonces, ¿son importantes los valores para generar y mantener de forma sostenible y sustentable una relación? Sí, lo son.

Por ello al comienzo de cualquier relación debemos no sólo declararlos, sino explicitarlos, definirlos y conversar sobre ellos, para que todos los involucrados entiendan lo mismo y funcionen bajo la misma realidad.

Es la única forma de asegurarse de que nunca les pase que les hablen de honestidad, cuando ustedes, además, esperaban lealtad.

¡Que tengan una linda semana!

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