ARQUITECTURA RELACIONAL
El conversar y reflexionar con otros y junto a otros nos permite iluminar nuestros puntos ciegos, aquellos lados de nuestro Ser que no conocíamos o bien teníamos relegados, generando nuevos escenarios, aprendizajes, descubrimientos y finalmente, un observador más completo, potente y consenciente.
Ser un arquitecto relacional se refiere a ser la persona que dibuja, propicia, genera, engrosa, nutre y sostiene las dinámicas relacionales que permitirán resultados y bienestar. Ser aquél que facilita la emergencia de conversaciones colaborativas, reflexivas y potentes, en un ambiente nutritivo para el individuo, el equipo y la organización, integrando siempre la variable ecosistémica.
Cómo hacemos lo que hacemos
Cada uno de nuestros proyectos es único.
El apoyo que brindamos toma la forma de aquello que surge como necesidad específica de nuestros clientes por un lado y del emergente del proceso por otro. Así generamos programas evolutivos a lo largo de su existencia.
La base de nuestro trabajo es el Metamodelo de Arquitectura Relacional -modelo desarrollado por nuestra fundadora Francisca Di Domenico- donde la Sintonía pasa a ser aquello que permite movilizar a las personas, equipo y sistemas hacia el alto estándar. Junto con ello, los cómos y los qués cuidadosos, generan las condiciones de borde para la adaptación, regeneración y evolución. Para nosotros, la cultura es un pilar estratégico de la organización.
Nuestra mirada es sistémica. Trabajamos con sistemas humanos, sistemas complejos, donde cada persona es parte y sistema a la vez. Así, reconocemos que hay tantas realidades como personas hay en el mudo, por lo que no existe un copiar y pegar, no existen propuestas genéricas.